El parvovirus es una de las enfermedades contagiosas más frecuentes en los perros. En algunos países es la enfermedad canina más común..
El parvovirus es causado por un virus que lleva el mismo nombre. Esta enfermedad afecta el tracto digestivo de los perros y puede afectar el músculo cardíaco en cachorros muy jóvenes.
El parvovirus fue identificado en 1978 y desde entonces se han encontrado cepas mutantes del virus. Aunque existe una vacuna para prevenir la enfermedad, algunos perros vacunados enferman; sobre todo si están en mal estado de salud, con parásitos internos o si el plan de vacunas no se cumple como lo indica el médico veterinario.
Todos los perros pueden infectarse con el virus, sin embargo, los cachorros de menos de 10 meses de edad y los perros adultos que no han sido vacunados tienen mayor riesgo de contagio.
Los cachorros son tan susceptibles a infectarse porque la inmunidad natural que tiene la leche materna disminuye antes de que el sistema inmune del cachorro pueda combatir la infección por sí mismo. Si un cachorro es expuesto al parvovirus durante este intervalo de protección mínima, es probable que se infecte.
Las razas mas susceptibles son el rottweiler, el doberman y el pastor alemán, aunque cualquier cachorro puede desarrollar la enfermedad.
El parvovirus se extiende muy fácilmente de un lugar a otro, transportado en el pelo, en los pies del perro, en jaulas contaminadas, en los zapatos y otros objetos.
El virus se llega a transmitir al perro:
Los primeros signos de la infección son depresión, pérdida del apetito, fiebre, vomito y diarrea severa sanguinolenta. Los perros pueden deshidratarse rápidamente debido al vomito y a la diarrea, y la mayoría de las muertes debido al virus de parvovirus ocurren dentro de las primeras 48 a 72 horas posteriores al inicio de los signos clínicos, si no se recibe terapia medica a tiempo; además perros muy jóvenes pueden presentar alteraciones a nivel del corazón.
El diagnostico inicial de la enfermedad se realiza basándose en los signos clínicos y los análisis de laboratorio. No existen medicamentos específicos que maten al virus en animales infectados. El tratamiento de la infección debida a este virus debe iniciarse inmediatamente consistiendo en esfuerzos primarios para combatir la deshidratación reemplazando la pérdida de electrolitos y líquidos, controlando el vómito y la diarrea y previniendo las infecciones secundarias. Los perros enfermos deben mantenerse abrigados y con una buena alimentación, y deben separarse de otros perros. Es esencial la limpieza y desinfección de las perreras y otras áreas donde los perros se alojan para controlar la dispersión del virus.
La vacunación y la buena higiene son componentes de suma importancia en la prevención del parvovirus canino.
La vacunación es muy importante. Los cachorros pequeños son muy susceptibles a la infección, particularmente porque la inmunidad natural provista en la leche materna disminuye antes de que el propio sistema inmune de los cachorritos madure lo suficiente para combatir la infección. Si un cachorrito es expuesto al parvovirus canino durante este lapso de protección disminuida, puede llegar a enfermarse. Una preocupación adicional es que la inmunidad otorgada por la leche materna puede interferir con una respuesta efectiva de vacunación. Esto significa que aunque los cachorritos hayan sido vacunados pueden sucumbir al parvovirus. Para disminuir esta falta de protección durante los primeros meses de vida y proveer adecuados niveles de seguridad en contra del parvovirus durante los primeros meses de vida, se recomienda administrar a los cachorritos una serie de vacunaciones que conferirán la protección adecuada. Para proteger a sus perros adultos, los dueños deben estar seguros que la vacunación por parvovirus esta vigente.
Pregúntele a su Médico Veterinario acerca de la vacunación, la duración de la inmunidad y el programa más adecuado para su mascota.
Hasta que el cachorrito haya recibido la serie completa de vacunaciones, los dueños deben ser muy precavidos y no deben permitir que su perrito tenga contacto con material fecal de otros cachorritos cuando camina en el parque, lugares de recreación, tiendas de mascotas, pruebas de obediencia, criaderos o pensiones, exposiciones caninas o cuando camina por las calles de la ciudad. Establecimientos con buena reputación y programas de entrenamiento reducen el riesgo a la exposición requiriendo programas de vacunación, examen de salud, buena higiene y el aislamiento de cachorritos y perros enfermos. Siempre se debe evitar el contacto con perros enfermos y sus alojamientos. En resumen, no permita que su cachorrito o perro adulto tenga contacto con material fecal de otros perros cuando camina en el parque, lugares de recreo, o cuando camina en las calles de la ciudad. Siempre es recomendable disponer de una manera apropiada y con rapidez de las heces como una forma para limitar la propagación del parvovirus canino.
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